miércoles, 30 de enero de 2013

De Clavos y Alfileres

“¡No puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduve en el mar!” (Antonio Machado, “La Saeta”, líneas 19-21)

Quiero empezar con una declaración enfática que tengo el mayor respeto por Jesucristo- su vida, su expiación, su sacrificio en la cruz y su resurrección. También respeto mucho a la cruz como símbolo de la adoración de Cristo. Creo que es un símbolo poderoso que ha llevado a innumerables personas más cerca de dios, y sigue haciéndolo para millones hoy día. Dicho esto, voy a seguir.
Cuando veo a representaciones de Jesucristo en la cruz, siento muchas emociones. Siento admiración por su bondad, reverencia y agradecimiento profundo por su sacrificio y siempre tristeza por su sufrimiento y muerte. 

De veras, las emociones que siento al ver el Cristo crucificado son más o menos parecidas de las que tengo cuando veo a una mariposa clavado en un tablero. Siento admiración por su belleza y también siento reverencia y agradecimiento por la oportunidad de estudiar de cerca una de las creaciones maravillosas de dios. También siento tristeza por la muerte de una criatura tan frágil y bella. Casi puedo sentir las alfileres (o clavos) perforando los cuerpos- las alas delicadas y las manos apacibles.
Podemos aprender mucho de estas formas de la mariposa y de Jesucristo. Pero para entenderlas más completamente, debemos estudiarlos de un perspectivo más ancha, también. La mariposa preservada y el Cristo crucificado son solamente unas instantáneas

De estudiar una mariposa fijada en un alfiler, veremos la estructura anatómica. Podemos averiguar la forma y el color de las alas y ver la lengua larga, pero no sabemos el propósito de lo que vemos. Para saber porque las mariposas son así, hemos de observar una mariposa viva. De esa manera, aprenderemos que se usan las alas de colores brillantes para asustar a animales de rapiña, o las alas verdes y cafés para esconderse entre las hojas. También observáramos que las mariposas usan la lengua larga para chupar el néctar de las flores.

Lo mismo aplique al estudio de Cristo. Aprendemos y sentimos mucho del Cristo clavado, pero también debemos enfocarnos en el Cristo vivo para entender porque subió a la cruz. De estudiar la vida y personalidad de Jesucristo, aprenderemos que no fue solamente matado, sino que se sacrificó a propósito porque nos ama. Apreciaremos que las manos, llenos de sangre en la cruz, daban bendiciones y curación en la vida.  Y realizaremos que las pies, clavadas en la madera, realmente anduvieron en la mar.

miércoles, 23 de enero de 2013

¿Por Qué Nos Encantan Los Piratas?



 “Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar” (José de Espronceda, “Canción del pirata”, líneas 31-35)

¿Por qué nos gustan a los piratas? Si un pirata mata a alguien, toma su dinero y quema su barco, es emocionante, es un triunfo y él es héroe. Pero en otro contexto, alguien que hace esas cosas sería villano despreciable.

Piratas generalmente son personas que hacen cosas terribles, pero casi todos disfrutan de y simpatizan con ellos. Hasta los niños les gustan a los piratas. Escuche la canción “Yo Ho, Yo Ho, A Pirate’s Life for Me”. Preste atención a la letra.  



¡Qué horrible! Una canción, dirigida a niños, con la letra “we maraud, embezzle, and even hijack… burn up the city…kidnap and ravage and don’t give a hoot”. Es inaceptable, ¿no? Pero millones, incluso yo, aprendieron esa canción en la infancia. Y no nos parece mal. Sabemos que es inmoral matar a otros, o robar su dinero o secuestrar a mujeres, pero cuando un pirata lo hace- está bien. ¿Por qué es así?

Creo que es que no nos gustan las piratas sí mismos, sino nos gusta lo que representen. Piratas son símbolos. Son la aventura, la libertad y la capacidad de hacer todo lo que quieras sin restricciones o consecuencias. Atraen a nosotros porque son atrevidos, bravos e independientes. No inclinan ante nadie.
           
A los piratas también nos gustan por la manera en que son representados. En el poema, Espronceda nos presenta a un capitán pirata, quien se contonea y se jacta de sus triunfos. El pirata del poema es carismático, confidente- un héroe de acción. Casi nunca hay piratas tímidos. Hay algo en su carisma que nos cautiva. Olvidamos que todo lo que ha logrado es producto de violencia y asesinato. Enfoquemos en lugar en la declaración que su barco (que representa la libertad y poder del pirata) es su tesoro.
           
También nos fascina el escenario en cual encontramos piratas. Hay una mágica que Espronceda cree con las imágenes del mar, con la luna brillando sobre las olas plateadas y el bergantín, con velas llenas del viento. Entramos un mundo emocionante y peligroso, en cual los piratas son los héroes, y nos sentimos atraídos por ellos. Podemos disfrutar vicariamente sus aventuras, triunfos y libertad.

miércoles, 16 de enero de 2013

Lecciones de la Muerte

“…viviendo engañas y muriendo enseñas!” (Sor Juana Inés de la Cruz, “A una rosa,” línea 14)

Sor Juana la escribió ese poema de una rosa, pero el mensaje aplique también al cuerpo humano. Mientras vivimos, con juventud y salud, nunca tenemos que pensar en nuestros cuerpos. Todo funciona sin esfuerza por nuestra parte. Comemos, andamos, respiramos- y sigue la engaña que somos inmortales.

Estoy estudiando para ser enfermera, y para una clase, tuve que mirar la película “Wit.” Basado en una obra de teatro, la película cuenta la historia de una profesora de literatura que está muriendo de cáncer. Había sido una mujer estricta, orgullosa, y muy intelectual. Durante del curso de su enfermedad, todo eso desaparece.

En esta escena, ella está en los últimos días de su vida. Ocho meses de quimioterapia han fallados, y no hay más que los médicos pueden hacer. Sus padres son muertos y no tiene hermanos ni esposo ni hijos. Ella está como una niña- sola, y con mucho dolor. En ese momento, ella recibe una visita de su vieja profesora de literatura. Míre la escena aquí:



Esa escena me parecía a mí muy poderosa. Vemos a dos profesoras de literatura, ambas destacadas y distinguidas por sus intelectos, buscando Dios y encontrando consuelo en “Runaway Bunny,” una sencilla cuenta para niños. Esa no podría haber ocurrido mientras seguía la engaña de la inmortalidad. Solo es posible en el sincero y humilde intimidad de la muerte.

Me recordó de lo que hablamos en el primero día de clase mientras discutimos del  decimotercero Artículo de Fe. A veces, hay cosas iluminantes y edificantes que no son “bellos.” La muerte y en especial la muerte prolongada y dolorosa, no es bella. Pero lo que aprendemos al fin de la vida: la bondad humana, la resistencia del alma, y el consuelo de saber que Dios siempre quiere que estaremos con Él, es verdaderamente bello.

jueves, 10 de enero de 2013

Introducción

¡Hola! Me llamo Amy y me gustan los libros más que el aire. Desde la niñez, he tenido un montón de libros en la mesita de noche, y si tengo tiempo para divertirme, por lo general me encuentres leyendo. 


Este video chistoso ilustra (más o menos) como siento mientras leo:



También me gusta tocar música, viajar, y escalar montañas, pero estoy estudiando para ser enfermera- entonces, no tengo mucho tiempo libre. Esta carrera yo escogí porque me encantan los hígados, esqueletos, y tripas- y también para ayudar a otros y salvar el mundo y todo eso.
 

Me encanta el espanol también, y por eso, estoy estudiándolo como especialización menor. Es posible que yo sea un poca rara en la clase, porque todavía no he servido una misión. De hecho, no he vivido en ni visitado un país hispanohablante en mi vida…a menos que se incluya unos cuarenta minutos en Tijuana, México cuándo tenía doce años y toda mi capacidad de hablar español consistía de “hola,” “por favor,” y “adiós.”

Yo aprendí el español casi exclusivamente en la escuela. Tomé tres años de clases de español en la escuela secundaria.  He estudiado español en BYU los cuatro semestres que fueron. La meta es ser fluente y tan “nativa” como posible.

Me fascina la literatura porque es una manera de explorar el mundo. Por medio de libros, puedo hacer cosas imposibles, visitar a lugares lejanos y exóticos, y hacerme amigos con todo tipo de gente- algunos que son muertos hoy, y otros que nunca existieron. Puedo ser astronauta, o hablar con animales, o vivir en cualquier país o tiempo. También puedo entrar el mente de los autores que me dieron las cuentas que me gustan tanto. Creo que a veces, un libro contiene una parte del alma de su escritor. Creo también que, como lectora, puedo vislumbrarlo, y por un momento, su vida es una parte de la mía. Por leer, puedo vivir mil vidas en una.